domingo, 9 de mayo de 2010

La Conferencia Mundial de los Pueblos


Leonardo Boff


Como es sabido, en diciembre de 2009 se celebró en Copenhague la Conferencia Mundial de los Estados sobre el clima. En ella no se llegó a ningún consenso porque fue dominada por la lógica del capital y no por la lógica de la ecología. Esto significa que los delegados y jefes de Estado presentes atendieron más a sus intereses económicos que a los intereses reales o globales de sus pueblos. La cuestión para ellos era: cuánto dejo de ganar aceptando preceptos ecológicos que buscan purificar el planeta, garantizar así las condiciones para la continuidad de la vida. No se veía el todo, la vida y la Tierra, sino los intereses particulares de cada país.

La lógica ecológica ve el interés colectivo, pues pretende el equilibrio entre ser humano y naturaleza, entre producción, consumo y capacidad de reposición de los recursos y servicios de la Tierra. Rompiendo esta ecuación, cosa que el modo de producción capitalista viene haciendo desde hace siglos, surgen efectos no deseados, llamados «externalidades»: devastación de la naturaleza, graves injusticias sociales, desconsideración de las necesidades de las futuras generaciones y el efecto irreversible del calentamiento global que, en el límite, puede dar al traste con todo.

En Cochabamba (Bolivia) se vio exactamente lo contrario: el triunfo de la lógica de la ecología y de la vida. Entre el 19 y 23 de abril se celebró la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Allí había 35.500 representantes de los pueblos de la Tierra, venidos de 142 países. La centralidad la ocupaba la Tierra, considerada como Pachamama, gran Madre, su dignidad y derechos, la vida en toda su inmensa diversidad (superación de cualquier antropocentrismo), nuestra responsabilidad común para garantizar las condiciones ecológicas, sociales y espirituales que nos permiten vivir, sin amenazas, en este planeta.

Las 17 mesas de trabajo, al contrario de Copenhague, llegaron a un consenso extraordinario, pues todos tenían en la mente y en el corazón el amor a la vida y a la Pacha Mama «con la cual todos tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual» como dice el documento final.

En lugar del capitalismo competitivo, del progreso y del crecimiento ilimitado, hostil al equilibrio con la naturaleza, se colocó «el vivir bien», categoría central de la cosmología andina, como verdadera alternativa para la humanidad, que consiste en vivir en armonía consigo mismo, con los otros, con la Pachamama, con las energías de la naturaleza, del aire, del suelo, de las aguas, de las montañas, de los animales y de las plantas y en armonía con los espíritus y con la Divinidad, sustentada por una economía de lo suficiente y decente para todos, incluidos los demás seres.

Se elaboró una Declaración de los Derechos de la Madre Tierra que prevé entre otros: el derecho a la vida y a la existencia; el derecho a ser respetada; el derecho a continuar sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas; el derecho a mantener su identidad e integridad con sus seres diferenciados e interrelacionados; el derecho al agua como fuente de vida; el derecho al aire limpio; el derecho a la salud integral; el derecho a estar libre de contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos; el derecho a una restauración plena e inmediata de las violaciones infringidas por las actividades humanas.

Se previó también la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental, con capacidad jurídica y vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, empresas y personas por acciones u omisiones que contaminen y provoquen cambios climáticos, y que cometan graves atentados a los ecosistemas que garantizan el «vivir bien». Se resolvió llevar los resultados de esta Cumbre de los Pueblos a la ONU para que sus contenidos sean contemplados en la próxima Conferencia Mundial que va a tener lugar en noviembre/diciembre de este año en Cancún (México).

El significado más profundo de esta cumbre es la convicción, creciente entre los pueblos, de que no podemos confiar más el destino de la vida y de la Tierra a los jefes de Estado, rehenes de sus dogmas capitalistas. Brasil lamentablemente no envió ningún representante, pues para el actual gobierno parece ser más importante la «aceleración del crecimiento» que garantizar el futuro de la vida. Esta Cumbre de los Pueblos señaló certeramente la dirección para una bio-civilización en equilibrio de todos con todos y con todo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

"Las cancelaciones de la deuda externa a Haití son una farsa" Aritz INTXUSTA



Berta Iglesias (Miembro de la plataforma ¿Quién debe a quién?)

La madrileña Berta Iglesias es miembro de Ecologistas en Acción y de la plataforma ¿Quién debe a quién? que defiende la abolición de la deuda externa y «la prohibición de toda práctica económica que perjudique» a los países del tercer mundo. Asimismo, trabaja en la campaña de sensibilización sobre Haití junto con la red haitiana Papda.

Un terremoto de 7,1 grados en la escala Richter dejó en Japón un sólo muerto. En Haití, en otro de la misma intensidad, murieron 217.000 personas. El huracán «Ike» cruzó Cuba sin víctimas mortales, pero antes, a su paso por el país más pobre de América, había segado la vida de 66 personas. Los intereses de terceros países han podrido desde dentro la Perla de las Antillas. Berta Iglesias denuncia la hipocresía con la que ahora, los mismos que arruinaron a la primera república independiente de América, acuden al supuesto rescate de los haitianos.

Tras el terremoto, se anunciaron grandes gestos por parte de la comunidad internacional para condonar la deuda haitiana.

Los países que han anunciado cancelaciones, ya estaban obligados a retirar su deuda externa. Todo es una farsa. En 2009, Haití cumplió todas las fases del proyecto HIPC, para países altamente endeudados. Todos los acreedores debían cancelar la deuda contraída por ese país, al menos hasta 2004. El Club de París y las instituciones financieras internacionales ya habían anunciado antes del terremoto que iban a cancelar 1.200 millones de euros de deuda. Lo que ocurre es que estas cancelaciones todavía no se han hecho efectivas, salvo en el caso de Italia y Reino Unido. El Estado español también se retrasó y ahora anuncia la condonación de la deuda como arrebato solidario. Por otra parte, tras la catástrofe, Haití ha vuelto a endeudarse con nuevos préstamos, que obviamente llegaron a la opinión pública como ayudas. El FMI ha camuflado un nuevo préstamo de 102 millones de euros, vendiéndolo como donación. Una mentira más, se trata de un crédito a diez años, con dos de carencia y, por supuesto, con intereses.

¿A quién debe dinero Haití?

Además de al FMI, al Banco Mundial y al Banco Iberoamericano del Desarrollo, dos de los grandes acreedores de Haití son Venezuela y Taiwán. Caracas ha anunciado una condonación real. Mientras, Taipei dice que la cancelación es imposible, porque ha revendido la deuda a inversores privados.

¿Cuáles han sido las medidas que impuso la comunidad internacional con el HIPC a Haití? ¿Cuál es el verdadero motivo de las condonaciones?

El BM exigía a Haití una serie de ajustes estructurales. El primer requisito fueron las privatizaciones. La isla se ha visto obligada a privatizar los servicios de telefonía, las harinas, el cemento.... incluso han pretendido que privatizara su agua. Esto último aún sigue en el aire. Además, se les exigió reducir su déficit, con el consiguiente deterioro de los servicios públicos y severos recortes en sanidad y educación. Asimismo, para cumplir con el HIPC, la isla tuvo que consolidar su organización agrícola en latifundios destinados a la exportación de productos como cacao o azúcar. Haití, donde el 65% de la población vive del campo, tiene que importar el 92% de los alimentos que consume. Actualmente, en el 25% de la tierra cultivable, se ha plantado jarocha, un vegetal usado en la elaboración del biodiésel.

¿Qué hay de las otras donaciones a raíz del terremoto? ¿Todas esconden más deuda, como la del FMI?

Hemos revisado con detenimiento las ayudas del Estado español en concreto. Por el momento, parece que sí podemos hablar de «ayuda». No obstante, hemos de estar muy atentos porque no sabemos si esos fondos están vinculados a contrataciones con empresas en concreto. Debemos esperar y vigilar cómo se distribuyen ahora esos fondos y ver si intervienen empresas del mismo país que envía la ayuda. La irrupción de empresas extranjeras para la reconstrucción puede acabar con el tejido industrial del país.

El país que más ha destacado tras el terremoto ha sido EEUU. ¿Qué datos en concreto pueden poner en duda ese arranque de filantropía?

La democracia en Haití ha sido minada permanentemente por EEUU. Ocupó el país a principios de siglo, ha estado detrás del golpe de Estado contra el primer gobierno de Aristide y también tras el del año 2000. En 2004, intervino militarmente con la operación Mañana Seguro. Tras el terremoto, Haití ha recibido diez soldados por cada médico. Su enclave es de alta importancia geoestratégica, para tener bajo control a los bolivarianos de Venezuela y a un gigante en auge como es Brasil.

Usted defiende que la deuda haitiana es ilegítima. ¿A qué nos referimos con eso?

El endeudamiento no ha servido para elevar el nivel de vida de los haitianos. El 45% del dinero que deben se generó durante la época de los dictadores Duvalier y gran parte de estos fondos han acabado engrosando las riquezas de esa familia. Eso es lo que los movimientos sociales entendemos por deuda ilegítima. Su abolición, por tanto, debiera ser inmediata.


sábado, 13 de febrero de 2010

JUSTICIA PARA HAITÍ



Aurora Donosa

El terremoto que asoló a Haití ha causado más de 200.000 muertos, 500.000 heridos, más de un millón sin techo….3 millones de damnificados en 35 segundos…

¿A qué se debe la condición de vulnerabilidad de este país frente a los desastres naturales?

Haití constituye un ejemplo tangible de los procesos históricos y actuales de saqueo, explotación y concentración de riqueza.

De estos procesos han sido responsables los países colonialistas y neocolonialistas, principalmente España, Francia, Estados Unidos; las instituciones financieras internacionales, las corporaciones transnacionales y los grupos nacionales de poder económico y político.

España ocupó durante dos siglos Haití (1492-1697). Explotaron a los pueblos aborígenes los Taínos en las minas de oro y plata, en las plantaciones y encomiendas El trabajo esclavo, sumado al contagio de enfermedades traídas por los españoles, aniquiló a toda la población. Los indígenas fueron sustituidos por los esclavos negros. En esta época se inicia la deforestación.

Haití pasó a ser colonia Francesa durante un siglo (1697-1804). Se enriqueció del trabajo esclavo de 450.000 negros que trajo de África para las plantaciones de caña de azúcar y café que consumía Europa. Para ello los colonos franceses deforestaron el 50% de los bosques de los valles. El 75% de la producción mundial de azúcar de la época provenía de Haití. También exportaron maderas finas como caoba, cedro y otras. Utilizaron madera para construir las rieles de los trenes para la industria azucarera de la región. De hecho, París se construye a base de la producción de bienes de la isla haitiana por ella es llamada "la perla de las Antillas”. Para aceptar la independencia de Haití, Francia le impuso una deuda de 150 millones de francos de oro con el fin de indemnizar a los franceses que habían perdido sus esclavos y sus plantaciones.

Durante la independencia, las clases dominantes siguieron exportando madera y caña de azúcar. Durante todo el siglo XIX se exportó madera para pagar la deuda de la independencia, a pesar de que Haití fue el primer país en establecer una reserva forestal formal.

EEUU ha incidido en la vida de Haití desde 1806 cuando el Congreso de EEUU, por presión de Francia prohibió el comercio con Haití. EEUU ocupó militarmente y administró Haití desde 1919 hasta 1934. Con la ocupación norteamericana ingresaron compañías norteamericanas. Estas obtuvieron grandes extensiones de territorios en las llanuras y valles para plantaciones. Una de ellas deforestó 32.000 hás de bosques en el noreste para establecer plantaciones de sisal, para producir fibras para exportación.

La ocupación de EEUU en la isla ha sido permanente y definitiva hasta la actualidad, casi un siglo. A través de la intervención militar y de la imposición del modelo neoliberal, EEUU mantiene el control geopolítico y económico de este país.

POLÍTICAS NEOLIBERALES CAUSARON POBREZA Y DESTRUCCIÓN AMBIENTAL.

El modelo neoliberal en Haití ha generado caos social para justificar la intervención militar y mantener principalmente el control geopolítico-militar de la región.

Estas políticas han causado pobreza y dependencia a través del pago de la deuda externa y de los programas de ajuste estructural implementados a partir de los años 80 y con mayor severidad en 1994. Planes que imponen la liberalización comercial, liberalización financiera y la privatización de las empresas y recursos estratégicos del Estado.

Haití destina el 22% de su presupuesto al pago de la deuda externa. Solamente en el 2005, Haití pagó al BM 52.6 millones de dólares como servicio de la deuda, como requisito para recibir la ayuda y los préstamos ofrecidos en la Conferencia de Donantes realizada en Washington en julio del 2004, por la cantidad de 1.5 millones de dólares. Sin embargo después del pago realizado por Haití, el BM otorgó un préstamo de 46 millones de los cuales el 80% estaban destinados a acelerar la privatización de 5 empresas públicas: agua potable, electricidad, telefonía, puertos y aeropuertos.

Este modelo promovió la apertura de los mercados principalmente a productos agrícolas que ha destruído la producción nacional como es el caso del café y arroz. Hasta los años 70-85 Haití era un país autosuficiente en cereales y ahora el 82% del mercado nacional de arroz está suministrado por la importación desde Estados Unidos. Paralelamente se impulsaron las exportaciones de productos no tradicionales a través de la expansión de monocultivos para exportación, que utilizan las mejores tierras, la mano de obra barata y el uso del paquete verde principalmente agrotóxicos, que causan graves daños a la salud de los trabajadores y al medio ambiente.

A través de estas estrategias se dificultó la vida en el campo, empobreciendo y desalojando a los campesinos. Un ejemplo dramático fue la matanza de los puercos criollos promovida por USAID en 1982, bajo la presión de los productores de carne de los EEUU y con el pretexto de una enfermedad. Los puercos nativos significaban el banco de los campesinos, pues con la venta de ellos solucionaban sus necesidades de dinero inmediatas. EEUU y el BID gastaron 25 millones de dólares para matar a los puercos y entre 3 y 5 millones para repoblar con otra raza que requería insumos especiales importados, creando dependencia.

La población campesina han sido desplazada a vivir y producir en los montes, mientras los valles fértiles están en manos de transnacionales, terratenientes y la iglesia. El deterioro de la economía campesina, así como la falta de apoyo para este gran sector de la población aprox. 65%, hacen que busquen formas de subsistencia en base a la deforestación y uso de la madera para la venta de carbón.

Una vez empobrecida la población se promovió la creación de zonas francas como la única alternativa de generación de empleo. De esta forma se asegura la mano de obra barata y la migración del campo hacia las zonas francas en donde operan empresas transnacionales.

En los años 80 el FMI y el BM establecieron que Haití debe ser un país de maquilas, de zonas francas, sin ninguna inversión en el sector agrícola. Esta propuesta fue ya promovida en Haití a partir de 1969 con la instalación de las primeras zonas francas y la creación de un parque industrial en Puerto Príncipe. La instalación de estas maquilas ha sido un incentivo para la migración, tomando en cuenta además el deterioro de la economía campesina. Es por esto que en solo 40 años, la población de Puerto Príncipe pasó de 300.000 habitantes a dos millones y medio, quedando la mayoría de ellos sin empleo ya que la maquilas crearon 70.000 empleos que fueron ocupados por la gente que ya vivía en la capital. De ahí la masa de desempleados y el deterioro de las condiciones de vida en Puerto Príncipe, la capital haitiana.

Esto explica, entre otras razones, por qué el terremoto causó tantas víctimas en Puerto Príncipe.

VIOLENCIA VS. LUCHA SOCIAL

Todo este modelo ha sido impuesto por la fuerza, a través de intervenir militarmente, crear caos, financiar golpes de estado, bloquear económicamente, armar fuerzas de choque, asesinar a dirigentes sociales o coptarlos de distintas formas.

Pero el pueblo haitiano no ha estado impávido frente a estos procesos de colonización y neocolonización, explotación y saqueo. Ha sido un pueblo históricamente luchador y defensor de sus derechos. Tanto es así que constituye el primer pueblo que logró la independencia de la esclavitud en 1804. Luego de un siglo de crear instituciones que funcionaban de manera bastante exitosa, de desarrollar una cultura campesina que creó el idioma, la religiosidad popular, la capacidad de nutrir al aumento de población que se dio entre 1804 e inicios del siglo XX, sufrió la ocupación militar de EEUU en 1915 hasta 1934 destruyendo violentamente todos los avances logrados desde su independencia.

Es el pueblo que a pesar de la violencia institucionalizada se reveló frente las dictaduras así, en 1986 logra el derrocamiento de la dictadura de 30 años de los Duvalier. Cuando al fin constituyeron un gobierno democrático, con la participación amplia de los sectores populares en 1991, al elegir a Jean Bertran Aristide, los Estados Unidos financió y organizó un golpe de Estado siete meses después de esta elección. Un golpe de Estado violento en donde fueron asesinados 5 mil personas y 300 mil desplazados. A 12 mil dirigentes populares y sus familias se les otorgó visa de residentes en EEUU, debilitando con toda esta violencia a los movimientos sociales.

Aristide regresa en 1994 acompañado de 20.000 marines de las NNUU, condicionado a la aplicación de un plan de ajuste estructural que lo empieza a aplicar con políticas antipopulares y antinacionales. Nuevamente el pueblo se levanta en el 2004 contra Aristide y éstas políticas y una nueva intervención militar de los EEUU, junto con Francia, Canadá y Chile, corta este proceso social y toman el control de la situación.

Haití es hoy un pueblo ocupado militarmente por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití – MINUSTAH - integrada por 9.000 efectivos, encabezada inicialmente por Brasil y en la que participan países de América Latina: Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Perú y Guatemala entre otros. Una misión funcional a los planes económicos y militares de los EEUU en la región.

El pueblo haitiano rechaza la intervención militar y llama a una cooperación distinta en donde se respete la soberanía de Haití y la autodeterminación de los pueblos.

¿UN MODELO DE DESTRUCCIÓN PARA LA RECONSTRUCCIÓN?

Es precisamente para contrarestar la fuerza de la lucha social que los métodos de represión han sido devastadores. En Haití han utilizado todas las estrategias posibles para castigar al pueblo y sumirlo en el caos, la violencia y la pobreza. Y hoy son, precisamente estos argumentos, el caos, la violencia y la pobreza los justificativos para imponer el modelo neoliberal como la “única salida” para la crisis haitiana. Esto se refleja claramente en el Cuadro de Cooperación Interino -CCI - un plan-matriz del modelo neoliberal elaborado por las instituciones financieras internacionales para la reconstrucción de Haití que no toma en cuenta las especificidades nacionales y peor aún las propuestas largamente trabajadas por los sectores sociales. Este plan ha sido fuertemente criticado por los movimientos sociales ya que precisamente la imposición de este modelo ha sido la causa estructural de la crisis Haitiana.

El empobrecimiento y explotación del pueblo Haitiano y de sus recursos naturales, la degradación ambiental y la crisis de la agricultura son el resultado de las políticas neoliberales impuestas por los EEUU.

Se torna una realidad la expresión de Camilla Chalmers, de la Plataforma por un Desarrollo Alternativo – PAPDA - de Haití, cuando recalca que la revolución de 1804 queda en las memorias como un posible no actualizado.

LA UNASUR DEBE APOYAR LAS DEMANDAS Y PROPUESTAS DEL PUEBLO HAITIANO Y SUS ORGANIZACIONES.

La UNASUR no puede caer en el mismo modelo propuesto para la reconstrucción de Haití por las instituciones financieras internacionales y sus intereses aliados, ni cambiar de actores con similares intereses.

El pueblo haitiano, sus organizaciones y gobierno son quienes deben decidir y coordinar los esfuerzos internacionales para administrar la ayuda humanitaria y reconstruir su país en forma soberana. La UNASUR debe apoyar sus demandas y propuestas, entre ellas:

- Rechazar una nueva intervención norteamericana con el reciente envío de más de 20.000 soldados a Haití como respuesta a la tragedia del terremoto, pero con la intención de salvaguardar sus intereses económicos y geopolíticos.

- Retirar las tropas extranjeras que participan en la MINUSTAH, y redireccionar esos recursos para la ayuda humanitaria urgente y la reconstrucción del país.

- Exigir la anulación incondicional de la deuda externa que las instituciones financieras internacionales, los países del Norte y del Sur, el Club de París y otros reclaman a Haití. Muchas de estas deudas facilitaron la imposición de las políticas neoliberales y su pago significa profundizar la situación de pobreza agravada por el terremoto.

- Que los recursos que se destinen para la ayuda humanitaria y la reconstrucción de Haití sean fondos NO reembolsables, sin condiciones y administrados por el gobierno junto con las organizaciones haitianas de acuerdo a las prioridades por ellas determinadas y para ejecutar sus propuestas de reconstrucción.

- Apoyar las propuestas haitianas relacionadas principalmente con la recuperación de la producción agrícola campesina, base de su soberanía alimentaria. Así como, con la recuperación de los bosques.

- Reconocer y exigir el resarcimiento de la deuda histórica, social y ecológica que, principalmente España, Francia y Estados Unidos tienen con Haití y su pueblo.

Las organizaciones haitianas, a través de su comunicado del 27 de enero1 señalan que: “luchamos por una ayuda humanitaria adaptada y respetuosa de nuestra cultura y de nuestro entorno y que no destruya las construcciones de economía solidaridad elaboradas desde varias décadas por las organizaciones de base con las cuales trabajamos”.

“La ayuda humanitaria masiva es hoy indispensable dada la amplitud de la catástrofe, pero debe ser estructurante articulándose con una visión diferente del proceso de reconstrucción. Debe romper con los paradigmas que dominan los circuitos tradicionales de la ayuda internacional. Desearíamos ver nacer brigadas internacionalistas de solidaridad que trabajarían junto con nuestras organizaciones en la lucha por la realización de una reforma agraria – integral – y de una reforma territorial urbana integrada…”.

La situación que vive Haití en la actualidad puede convertirse en una oportunidad para que, con el apoyo internacional respetuoso, su reconstrucción responda, ahora sí, a los sueños de independencia y autodeterminación del pueblo haitiano que aún están pendientes.

martes, 26 de enero de 2010

Niños o armas


Eduardo Montes de Oca

Estados Unidos es el mayor proveedor de armas del planeta, con una recaudación de alrededor de 40 mil millones de dólares, cifra con la que se podría reducir la mortalidad infantil en el planeta

No lo voy a negar. A veces uno percibe que clama en el desierto. Como si holgaran las horas dedicadas, con febrilidad compulsiva, a mirar la vida desde un cómodo sillón cercano a un ordenador enchufado a la red de redes. Y a escribir. A escribir como en ritual tibetano, pletórico de mantras, sin pausas que no sean las que dictan la frecuencia de esta columna y de otros compromisos de la profesión.

Al menos en este preciso instante uno se siente cuando menos impotente —no ya un tonto—, al leer que la reducción de la mortalidad infantil en el planeta es mucho menos costosa de lo que la gente piensa, de acuerdo con la organización de ayuda internacional Save the Children, citada por la BBC.

Caramba —musita uno para sus adentros—, cómo es posible no hacer nada definitivo, si se conoce que no son 400 mil millones de dólares los que se necesitan para reducir de manera significativa el deceso de pequeños en todo el orbe, como estiman innumerables personas encuestadas en 14 países, sino que con solo 40 mil millones podría solucionarse el entuerto, un baldón para todo aquel que se precie de civilizado, y de humano.

Y les juro que uno, que vive juzgando, acusando, en pose quizás un tanto tribunicia, envarada, se siente peor cuando se entera de que los Estados Unidos se acaban de imponer por ancho margen como el mayor proveedor de armas de la Tierra, después de incrementar su participación a más de dos tercios de todas las negociaciones y lograr recaudar nada menos que alrededor de… ¡cuarenta mil millones de dólares!

Cuarenta mil millones con que se desvisten miles y miles de santos para vestir al Diablo, conforme a una posible interpretación de cualquiera que, con luces mentales y calidez del miocardio, leyera lo que el pasado septiembre anunciaba The New York Times, citando un estudio del Congreso: En 2008, USA suscribió acuerdos por unos 37 mil 700 millones de dólares, lo cual representa el 88,4 por ciento de todos los negocios de armas en el orbe. (Italia se posicionó en un muy lejano segundo lugar, con tres mil 700 millones, mientras Rusia ocupó el tercero, con tres mil 500 millones.)

La cifra marca un significativo acrecentamiento respecto al año anterior, cuando el Imperio se agenció unos 25 mil 400 millones de dólares, y en nuestro criterio se percibe aún más escandalosa si insistimos en que, según Save the Children, solamente el 10 por ciento del monto indispensable que ya citamos haría la gran diferencia en obstetricia y en tratar a aquellos que adolecen de enfermedades curables.

Pero mientras la organización se duele de que “no existe una presión para con los líderes mundiales, en parte porque la percepción pública consiste en que es demasiado costoso hacer algo rápidamente”, intentemos nosotros al menos acercarnos a la quintaesencia del asunto. Un asunto más escabroso por el hecho de que, como nos recuerda el colega Víctor Luis Álvarez, en la digital Rebelión, “este planeta ha tenido en las últimas décadas un importante aumento de la productividad y los economistas oficiales lo juzgan como un fenómeno deseable, pero no lo admiten como algo que permita al género humano liberarse de una parte de su carga de trabajo, sino que lo consideran exclusivamente como un beneficio para la rentabilidad económica de las empresas.”

Sucede que el incremento de la productividad se debe a la evolución tecnológica y a la intensificación de la explotación de la mano de obra, semiesclava en las naciones que acogen a las deslocalizaciones empresariales. Y claro que no podrá haber grandes erogaciones hacia la salvación multitudinaria de niños en un sistema signado por el desequilibrio, pues, por ejemplo, “mientras aumenta el capital necesario para la producción (automatización y mecanización) y disminuye la cantidad de trabajo humano necesario”, con el consiguiente despliegue de la plusvalía, el capital no puede reproducirse a plenitud, a causa del exceso de capacidad productiva ya instalada, “por lo que se origina un excedente económico que se desvía a los circuitos financieros en busca de rentabilidad”. Rentabilidad sin la cual no podría existir una formación económica asentada en la maximización de la ganancia. (Y ya se sabe: la crisis sistémica, el ahondamiento de la expoliación para superarla.)

Ello y hechos como el que las políticas fiscales neoliberales han acentuado las diferencias en el reparto de las rentas entre el capital y los trabajadores hacen prever que los niños seguirán muriendo en masa. Mientras, el Tío Sam seguirá repartiendo armas en los cuatro puntos cardinales, como modo de mantener un sistema sórdido y lleno de contradicciones. Pero ¿y nosotros?

Nosotros nos dejaremos de aprensiones y remilgos pequeño burgueses —nos exhortarían un genial pensador de Tréveris y un genial ruso conductor de masas—, y continuaremos abogando por el cambio, incluso aunque a veces sintamos que clamamos en el desierto, que definitivamente huelgan las horas dedicadas a escribir.


martes, 5 de enero de 2010

Las vergüenzas de Cáritas


Vicente Romero

Caritas Madrid ha suspendido el uso por la comunidad de San Carlos Borromeo de las llamadas hojas de caridad, documentos que suponen la entrega de una cantidad máxima de 900 euros anuales a las familias más necesitadas del barrio. La noticia, pese a su fondo amargo y escandaloso, no ha sido publicada. El arzobispado prefiere que no se airee su decisión de abandonar a los más necesitados en Vallecas. A Caritas también le conviene silenciar una medida que daña gravemente su imagen. Y los sacerdotes de San Carlos Borromeo desean evitar otro enfrentamiento con la jerarquía eclesiástica.

Recordemos que dos años y medio atrás, el cardenal Rouco Varela pretendió acabar con las actividades sociales de la parroquia vallecana, acusada públicamente de prácticas litúrgicas tan irregulares como dar la comunión utilizando el pan dulce (rosquillas, llegaron a decir) elaborado por mujeres del vecindario. Una enorme reacción popular impidió el cierre del templo. Finalmente Rouco se limitó a degradar la parroquia al rango inferior de capellanía, tras pactar con sus curas --en una visita nocturna-- el dejarlos en paz a cambio de que mantuvieran un discreto silencio. Y ahora ha ordenado que Caritas Madrid les retire las hojas de caridad. ¿Motivo oficial? La iglesia de San Carlos Borromeo perdió la facultad de distribuir ayudas diocesanas entre sus feligreses cuando dejó de ser parroquia, aunque nunca hubiera funcionado como tal sino como centro contra la exclusión social.

No puedo decir que la posición de Cáritas Madrid me haya sorprendido. Al contrario, resulta coherente. Y eso es lo peor. Porque no se trata de una torpeza, ni siquiera de una negligencia como la cometida al cerrar por vacaciones de verano su albergue junto al Senado, privando de cama y comida a su numerosa clientela de indigentes. Este caso parece una despiadada forma de castigo contra el sector más progresista de la Iglesia, mediante una patada en el culo de los pobres.

Durante años colaboré con Cáritas España, especialmente cuando estuvo presidida por Pepe Sánchez Faba, un hombre tan honesto y tolerante como enérgico en la defensa de sus principios éticos. En incontables ocasiones elogié el apoyo que Cáritas brindaba, generalmente a través de los misioneros, a numerosos proyectos sociales en los rincones más empobrecidos del planeta. Incluso llegué a recomendar a los oyentes de RNE que --aunque fueran agnósticos como yo-- canalizaran a través de Caritas su ayuda para construir un mundo mejor. Mi larga empatía con los misioneros hizo que la Conferencia Episcopal --a la que Faba denominaba el obispero-- me concediera en 1999 el premio Bravo por los supuestos valores cristianos de mi trabajo. Lo devolví en 2007 cuando Rouco puso cerco a la parroquia de San Carlos Borromeo, precisamente por los valores cristianos demostrados en su trabajo.

Había roto toda relación con Caritas España dos años antes, durante la hambruna de 2005 en Níger, tras comprobar sobre el terreno que su enviado especial --un sacerdote secularizado, encargado de evaluar las necesidades urgentes-- renunciaba a visitar Maradi, la región más castigada por la crisis, por ser zona musulmana. (Donde un misionero español, José Collado, hizo cuanto pudo sin preguntar a qué dios rezaban los hambrientos). Menos importancia tuvo que, casi al mismo tiempo, se produjeran algunos escándalos internos, incluyendo casos de nepotismo, en la Central de Cáritas. Pero fueron las gotas que colmaron mi vaso. Caritas España presidida por un antiguo policía que hizo su carrera durante el franquismo y Caritas Madrid dirigida por un constructor inmobiliario estilo Jesús Gil y Gil, dan la imagen de una institución que humanamente ya no es lo que era pocos años atrás. Reconozco que Caritas continúa realizando tareas tan meritorias como imprescindibles. Pero basta un chorrito de mierda en un tanque de agua potable para que esta deje de ser recomendable, la bendigan o no.



domingo, 27 de diciembre de 2009

Cómo mantienen a Somalia en el caos las potencias coloniales

ENTREVISTA A MOHAMED HASSAN* POR GREGOIRE LALIEU Y MICHEL COLLON

Somalia tenía todo para tener éxito: una ventajosa situación geográfica, petróleo, minerales y algo más bien raro en África, una sola religión y una sola lengua para todo su territorio. Somalia hubiera podido ser una gran potencia de la región… ¿Cómo se ha hundido este país? ¿Por que desde hace casi veinte años no hay un gobierno somalí? ¿Qué escándalos se ocultan detrás de estos piratas que secuestran nuestros barcos? En este nuevo capítulo de nuestra serie «Comprender el mundo musulmán», Mohamed Hassan nos explica por qué y cómo las potencias imperialistas ha aplicado en Somalia una teoría del caos.

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¿Cómo se desarrolló la piratería en Somalia? ¿Quiénes son estos piratas?
Desde 1990 ya no hay un gobierno en Somalia. El país está en manos de los señores de la guerra. Los barcos europeos y asiáticos se han aprovechado de esta situación caótica para pescar a lo largo de las costas somalíes sin licencia alguna y sin respetar unas reglas elementales. No han respetado las cuotas que están en vigor en sus propios países para preservar las especies y han empleado unas técnicas de pesca -¡sobre todo bombas!- que han causado enormes daños a las riquezas de los mares somalíes.

Pero eso no es todo: aprovechándose también de esta ausencia de autoridad política, algunas compañías europeas ayudadas por la mafia han vertido desechos nucleares a lo largo de las costas somalíes. Europa estaba al corriente, pero cerró los ojos porque esta situación presentaba una ventaja práctica y económica para el tratamiento de los desechos nucleares. Ahora bien, el maremoto de 2005 depositó gran parte de estos desechos en las costas somalíes y por primera vez aparecieron entre la población extrañas enfermedades. Éste es el contexto en el que se desarrolló fundamentalmente la piratería. Los pescadores somalíes, que disponen de unas técnicas rudimentarias, no podían trabajar. Por consiguiente decidieron protegerse, a ellos y a sus mares. Es exactamente lo que hizo Estados Unidos durante la guerra civil contra los británicos (1756 – 1763): como no disponía de fuerza naval, el presidente Georges Washington llegó a un acuerdo con los piratas para proteger las riquezas de los mares estadounidenses.


¡No ha habido Estado somalí desde hace casi veinte años! ¿Cómo es posible?
Es el resultado de una estrategia estadounidense. En 1990 el país estaba destrozado por los conflictos, el hambre y los saqueos, y el Estado se desmoronó. Ante esta situación Estados Unidos, que unos años antes había descubierto reservas petrolíferas en Somalia, lanza la Operación Restore Hope [Restablecer la esperanza] en 1992. Es la primera vez que los marines estadounidenses intervienen en África para tratar de tomar el control de un país. También es la primera vez que se desencadena una invasión militar en nombre de la injerencia humanitaria.

¿Es el famoso saco de arroz exhibido por Bernard Kouchner en una playa somalí?
Sí, todo el mundo se acuerda de esas imágenes cuidadosamente puestas en escena. Pero las verdaderas razones eran estratégicas. En efecto, un documento del departamento de Estado estadounidense preconizaba que Estados Unidos se mantuviera como sola y única superpotencia mundial tras la caída del bloque soviético. Para lograr este objetivo, recomendaba ocupar una posición hegemónica en África, muy rica en materias primas.

Imagen: PPCC

Sin embargo, Restore Hope será un fracaso. La película hollywoodiense Black Hawk Down [1] marcó las mentalidades, con sus pobres soldados estadounidenses «asaltados por unos malvados rebeldes somalíes»…
En efecto, los soldados estadounidense serán derrotados por una resistencia nacional somalí. Desde entonces, la política de Estados Unidos ha sido mantener Somalia sin un verdadero gobierno, incluso balcanizarla. La vieja estrategia británica que, además, se aplica en muchos lugares: establecer unos Estados débiles y divididos para poder tirar mejor de sus hilos. Estados Unidos tiene una especie de teoría del caos para impedir toda reconciliación somalí y mantener al país dividido.

En Sudán, después de la guerra civil, Exxon tuvo que abandonar el país tras haber descubierto petróleo. Entonces, ¿dejar que Somalia se suma en el caos no es contrario a los intereses de Estados Unidos que no puede explotar ahí el petróleo descubierto?
La explotación del petróleo somalí no es su objetivo prioritario. Estados Unidos sabe que las reservas están ahí y no las necesita inmediatamente. Hay dos elementos que son mucho más importantes en su estrategia. En primer lugar, impedir que los competidores negocien ventajosamente con un Estado somalí rico y poderoso. Usted ha mencionado Sudán, la comparación es interesante. Hoy Sudán vende a los chinos el petróleo que unas compañías petrolíferas descubrieron ahí hace treinta años. En Somalia podría ocurrir lo mismo. Cuando Abdullah Yusuf era presidente del gobierno de transición acudió a China, aunque recibía el apoyo de Estados Unidos. Los medios de comunicación estadounidenses atacaron ferozmente esta visita. El hecho es que Estados unidos no tiene ninguna garantía en este sentido: si mañana hay un gobierno somalí, poco importa su color político, muy bien podría adoptar una estrategia independiente de Estados Unidos y comerciar con China. Por consiguiente, los imperialistas occidentales no quieren un Estado somalí fuerte y unido. El segundo objetivo que persigue esta teoría del caos está unido a la situación geográfica de Somalia, que es estratégica tanto para los imperialistas de Estados Unidos com para los de Europa.


¿Por qué es estratégica?
Por el control del océano Índico, mire el mapa. Como he dicho, las potencias occidentales son responsables en gran parte del desarrollo de la piratería en Somalia. Pero en vez de decir la verdad y pagar compensaciones por lo que han hecho, estas potencias criminalizan el fenómeno para justificar su posición en la región. Bajo el pretexto de combatir la piratería la OTAN posiciona a su marina en el océano Índico.

¿Cuál es el verdadero objetivo?
Controlar el desarrollo económico de las potencias emergentes, principalmente India y China. En efecto, la mitad de la flota de mundial de los porta-contenedores y el 70% del tráfico total de los productos petrolíferos pasan por el océano Índico. Desde este punto de vista estratégico Somalia ocupa un lugar importante: es el país más vasto de la costa de África (3.300 kilómetros) y está situado frente al golfo Arábigo y al estrecho de Ormuz, dos centros neurálgicos de la economía de la región de la región. Además, si se aportara una respuesta pacífica al problema somalí, las relaciones entre África por una parte, e India y China por otra se podrían desarrollar a través del océano Índico. Entonces estos competidores de Estados Unidos podrían tener influencia en esta región de África. Mozambique, Kenya, Madagascar, Tanzania, Zanzibar, Sudáfrica… Todos estos países que están en contacto con el océano Índico podrían tener un acceso fácil al mercado asiático y desarrollar unas fructíferas relaciones económicas. Además, cuando Nelson Mandela era presidente de Sudáfrica había evocado la necesidad de una revolución del océano Índico a través de nuevas relaciones económicas. Ni Europa ni Estados Unidos quieren este proyecto, por eso prefieren mantener a Somalia en el caos. (Mappa: Wikipedia)

Dice usted que Estados Unidos no quiere una reconciliación en Somalia, pero, ¿cuál es el origen de las divisiones somalíes?
Para entender bien esta caótica situación, tenemos que remontarnos más lejos en la historia de Somalia. El país fue dividido por las fuerzas coloniales. En 1959 Somalia se independiza y fusiona la colonia italiana al sur y la británica al norte. Pero también hay somalíes que viven en algunas partes de Kenia, Etiopía y Djibouti. Además, el nuevo Estado somalí adopta como bandera una estrella, cada uno de cuyos brazos representa una de las partes de la Somalia histórica. El mensaje que había tras este símbolo era: «Se han reunido dos Somalias pero todavía quedan tres colonizadas». Ante al legitimidad de estas reivindicaciones, los británicos (que controlaban Kenya) organizaron un referendum en la región de este país reivindicada por Somalia. El 87 % de la población, que provenía esencialmente de etnias somalíes, se pronunció a favor de la unidad de Somalia. Pero cuando se publicaron los resultados, Jomo Kenyatta, dirigente de un movimiento nacionalista kenaita, amenazó a los británicos con expulsar a los colonos si cedían una parte del territorio a Somalia. Por lo tanto, Gran Bretaña decidió no tener en cuenta el referendum y todavía hoy vive en Kenya una importante comunidad de somalíes. Hay que comprender bien que estas fronteras coloniales fueron una verdadera catástrofe para Somalia. Esta cuestión fue objeto de un importante debate sobre el continente africano.

¿En qué se centraba este debate?
En los años sesenta, cuando muchos países africanos habían llegado a ser independientes, hubo un debate que enfrentó a aquellos a los que se denominaban grupo de Monrovia con el de Casablanca. Este último, en el que estaban entre otros Marruecos y Somalia, deseaba que se volvieran a discutir las fronteras heredades del colonialismo. Éstas no tenían ninguna legitimidad para ellos. Pero la mayoría de los países africanos y sus fronteras son producto del colonialismo. Finalmente la Organización de la Unidad Africana (OUA), antecesora de la actual de Unión Africana, puso fin a este debate decretando que las fronteras son indiscutibles: volver sobre estas delimitaciones provocaría guerras civiles por todo el continente. Más tarde, uno de los arquitectos de la OUA, el tanzano Julius Nyerere, confesó que esta solución era la mejor, pero que en el caso somalí la lamentaba.

¿Qué impacto tendrán estas divisiones coloniales en Somalia?

Van a crear tensiones con los países vecinos. En estos años en los que Somalia reclamaba la revisión de las fronteras, Etiopía se había convertido en un bastión del imperialismo de Estados Unidos, que también tenía bases militares en Kenya y en Eritrea. Es entonces cuando Somalia, una joven democracia, expresa su deseo de construir su propio ejército. El objetivo era no ser demasiado débil ante sus vecinos armados, apoyar a los movimientos somalíes en Etiopía e incluso recuperar por la fuerza algunos territorios. Pero las potencias occidentales se opusieron a la creación de un ejército somalí.

Por consiguiente, Somalia mantenía unas relaciones tensas con sus vecinos. ¿No era razonable oponerse a este proyecto de ejército somalí? Su creación habría provocado guerras, ¿no?

Lo que preocupaba a Occidente no eran los conflictos entre países africanos, sino sus propios intereses. Estados Unidos equipaban y formaban a militares en Etiopía, en Kenya y en Eritrea, unos países que seguían viviendo bajo el yugo de sistemas feudales muy opresivos. Pero eran regímenes neocoloniales consagrados a los intereses de los occidentales. En Somalia, en cambio, el poder que se había instalado era más democrático e independiente. Por lo tanto, Occidente no tenía interés en armar un país que podía escapar a su control y en consecuencia, Somalia decidió volverse a la Unión Soviética. Esto inquietó mucho a las potencias occidentales que temía que se extendiera por África la influencia de la URSS. Estos temores van a acentuase con el golpe de Estado de 1969.

¿Es decir?

Las ideas socialistas se habían extendido por todo el país. En efecto, una importante comunidad somalí vivía en Adén, en Yemen del Sur. Ahora bien, Gran Bretaña tenía la costumbre de enviar exiliadas a esta ciudad a todas las personas a las que consideraba peligrosas en India: comunistas, nacionalistas, etc. Todos ellos eran detenidos y enviados a Adén, donde se desarrollaron rápidamente unas ideas nacionalistas y revolucionarias que más tarde afectarán a los yemeníes pero también a los somalíes. Bajo el impulso de civiles con ideas comunistas los militares organizaron un golpe de Estado en 1969 y Siad Barré tomó el poder en Somalia.

¿Cuáles eran las razones de este golpe de Estado?

El gobierno somalí estaba corrompido. Sin embargo, tenía en sus manos todos los ingredientes para elevar al país al rango de gran potencia de la región: una posición estratégica, una sola lengua, una sola religión y otros elementos culturales comunes, lo cual es más bien raro en África. Pero al no lograr el desarrollo económico del país, este gobierno creó un clima favorable a la división entre clanes. Bajo el pretexto de hacer política las elites somalíes se dividieron y cada una creó su partido, sin un verdadero programa y reclutando a su electorado según los clanes existentes. Esto acentuó las divisiones y resultó ser totalmente ineficaz. De hecho, una democracia de tipo liberal no se adaptaba a Somalia: ¡en un momento dado había 63 partidos políticos para un país de tres millones de habitantes! Y el gobierno ni siquiera era capaz de adoptar una escritura oficial, lo que creaba graves problemas en la administración. El nivel de la educación era muy bajo. A pesar de todo, se estableció una burocracia, una policía y un ejército, que además va a desempeñar un papel fundamental en el golpe de Estado progresista.

¡«Progresista»! ¿Con el ejército?

El ejército era la única institución organizada en Somalia. Como aparato de represión se suponía que protegía al denominado gobierno civil y de elite. Pero para muchos somalíes procedentes de familias y de regiones diferentes el ejército era también un lugar de encuentros y de intercambios en el que no había fronteras ni tribalismo ni divisiones de clan… Así es como las ideas marxistas heredadas de Adén van a circular en el seno del ejército. Por lo tanto, el golpe de Estado lo llevarán a cabo oficiales que eran ante todo nacionalistas y que sin tener muy buenos conocimientos del socialismo, simpatizaban con estas ideas. Además, estaban al corriente de lo que ocurría en Vietnam y alimentaban sentimientos antiimperialistas. Los civiles que conocían bien a Marx y Lenin pero que no tenían un partido político de masas apoyaron el golpe de Estado y se convirtieron en consejeros de los oficiales cuando estos tomaron el poder.

¿Qué cambios aportó el golpe de Estado en Somalia?

Un aspecto positivo importante: el nuevo gobierno adoptó rápidamente una escritura oficial. Además, la Unión Soviética y China ayudaron a Somalia. Los estudiantes y al población se movilizaron. Mejoraron tanto la educación como las condiciones sociales. Los años que siguieron al golpe de Estado fueron los mejores que haya conocido nunca Somalia. Hasta 1977.

¿Qué cambió?

Somalia, que había sido dividida por las potencias coloniales, atacó a Etiopía para recuperar Ogaden, poblado mayoritariamente de somalíes. En aquel momento, sin embargo, la propia Etiopía era un Estado socialista apoyado por los soviéticos. Este país había sido dirigido durante mucho tiempo por el emperador [Haile] Selassie. Pero durante los años setenta hubo una fuerte movilización para derrocarlo. Los movimientos de estudiantes (en los que participé personalmente) planteaban cuatro reivindicaciones fundamentales. En primer lugar, resolver las tensiones con Eritrea de manera pacífica y democrática. En segundo lugar, establecer una reforma agraria que distribuyera tierras a los campesinos. En tercero, establecer el principio de igualdad de las nacionalidades: Etiopía era entonces un país multinational dirigido por una elite no representativa de la diversidad. En cuarto lugar, abolir el Estado feudal y establecer un Estado democrático. Lo mismo que Somalia, el ejército era la única institución organizada en Etiopía y los civiles se asociaron con los oficiales para derrocar a [Haile] Selassie en 1974.

¿Cómo es que dos Estados socialistas apoyados por la Unión Soviética entraron en guerra?

Tras la revolución etíope, una delegación en la que participaban la Unión Soviética, Cuba y Yemen del Sur organizó una mesa redonda con la presencia de Etiopía y Somalia para resolver sus diferencias. Castro fue a Adis Abeba y a Mogadisco. Según él, las reivindicaciones somalíes estaba completamente justificadas. Finalmente la delegación etíope aceptó estudiar seriamente la demanda de su vecino somalí y ambos países firmaron un acuerdo que estipulaba que no se cometería ningún acto de provocación en mientras se tomaba una decisión. Así pues, parecía que las cosas habían empezado bien, pero Somalia no aceptó este acuerdo…Dos días después de que la delegación etíope volviera a su país, Henry Kissinger, ex-ministro del presidente Nixon, desembarcó en Mogadisco. Kissinger representaba a una delegación oficiosa, el Safari Club que reagrupaba sobre todo al Irán del sha, al Congo de Mobutu, a Arabia Saudí y a Marruecos, así como los servicios secretos franceses y paquistaníes. El objetivo de esta organización era luchar contra la supuesta infiltración soviética en el Golfo y en África. Bajo las presiones y promesas de ayuda del Safari Club, Siad Barré va a cometer un desastre, un grave error: atacar Etiopía.

¿Cuáles serán las consecuencias de esta guerra?

Los soviéticos abandonaron la región y Somalia, que seguía estando presidida por Siad Barré, se integró en la red neocolonial de las potencias imperialistas. El conflicto había dañado gravemente al país y se encargó al Banco Mundial y al FMI su «reconstrucción». Esto iba a agravar las contradicciones en el seno de la burguesía somalí ya que cada una de las elites regionales quería poseer su propio mercado. Las elites regionales acentuaron las divisiones entre clanes y contribuyeron a la progresiva dislocación del país hasta la caída de Siad Barré en 1990. Desde entonces no le ha sucedido ningún jefe de Estado.

Pero treinta años después de la guerra de Ogaden el escenario se va a invertir: Estados Unidos apoyará a Etiopía para atacar a Somalia...

Sí, como ya he dicho, después del fracaso de la Operación Restore Hope Estados Unidos prefiere mantener a Somalia en el caos. Sin embargo, en 2006 se desarrolló un movimiento espontáneo bajo la insignia de los tribunales islámicos para combatir a los señores de la guerra locales y devolver la unidad al país. Era una especie de intifada. Para impedir que este movimiento reconstruyera Somalia Estados Unidos decidió bruscamente apoyar al gobierno de transición somalí al que nunca había querido reconocer. De hecho, se dio cuenta de que su proyecto de una Somalia sin Estado efectivo ya no era posible y de que un movimiento estaba a punto de lograr una reconciliación del país, ¡y encima islámico! Así pues, para sabotear la unidad somalí Estados Unidos decidió apoyar a esta gobierno de transición. Pero como éste no tenía ni base social ni ejército, fueron las tropas etíopes comandadas por Washington las que atacaron Mogadisco para derrocar a los tribunales islámicos.

¿Funcionó?

No, el ejército etíope fue derrotado y tuvo que abandonar Somalia. Los tribunales islámicos, por su parte, se dispersaron en diversos movimientos que todavía hoy controlan una buena parte del país. Por lo que se refiere al gobierno de transición de Abdullah Yussuf, se derrumbó y Estados Unidos lo reemplazó por Sheik Sharrif, el ex-portavoz de los tribunales islámicos.

Así pues, ¿Sheik Sharrif se pasó al «otro bando»?

Ejercía la función de portavoz de los tribunales islámicos ya que es un buen orador. Pero no tiene conocimientos políticos. No tienen la menor idea de lo que es el imperialismo o el nacionalismo. Por eso lo recuperaron las potencias occidentales. Era el eslabón débil de los tribunales islámicos. Hoy preside un falso gobierno creado en Djibouti. No tiene ninguna base social ni autoridad en Somalia. Sólo existe en la escena internacional porque las potencias imperialistas lo apoyan.

En Afganistán Estados Unidos afirma estar dispuesto a negociar con los talibán ¿Por qué no trata de negociar con los grupos islámicos en Somalia?

Porque estos grupos islámicos quieren derrocar al ocupante extranjero y permitir una reconciliación nacional del pueblo somalí. Por ello Estados Unidos quiere romper estos grupos, porque a las fuerzas imperialistas no les interesa una reconciliación (ya sea a través de los movimientos islámicos o a través del gobierno de transición). Lo que quieren es el caos chaos. El problema es que hoy este caos se extiende también a Etiopía, muy débil después de la agresión de 2007. Allí surgió un movimiento de resistencia nacional contra el gobierno pro imperialista de Addis Abeba. Con su teoría del caos Estados Unidos ha creado de hecho problemas en toda la región. Y ahora ataca a Eritrea.

¿Por qué?

Este pequeño país lleva a acabo una política nacional independiente. Eritrea también tiene una visión para toda la región: el Cuerno de África (Somalia, Djibuti, Etiopía, Eritrea) no necesita la injerencia de las potencias extranjeras, sus riquezas deben permitirle establecer nuevas relaciones económicas basadas en el respeto mutuo. En opinión de Eritrea, esta región debe retomar sus propias riendas y sus miembros deben poder discutir sus problemas. Muy evidentemente, esta política espanta a Estados Unidos, que teme que otros países sigan el ejemplo. Estados Unidos acusa entonces a Eritrea de enviar armas a Somalia y de fomentar problemas en Etiopía.

¿Usted opina que Eritrea no envían armas a Somalia?

¡Ni una bala! Es pura propaganda, como la que se llevó a cabo contra Siria a propósito de la resistencia iraquí. La visión de Eritrea se une al proyecto de revolución del océano Índico de la que hablábamos antes. Las potencias occidentales no la desean y querrían que Eritrea volviera a estar en círculo de Estados coloniales bajo su control, como Kenia, Etiopía o Uganda.

¿No hay terroristas en Somalia?

Las potencias imperialistas siempre presenta como terroristas a los pueblos que luchan por sus derechos. Los irlandeses eran terroristas hasta que firmaron un acuerdo. [El actual presidente de la Autoridad Palestina] Abbas era un terrorista y ahora es un amigo.

Sin embargo, se habla de presencia de al-Qaeda

¡Al-Qaeda está en todas partes, desde Bélgica hasta Australia! Este al-Qaeda invisible es un logo destinado a justificar ante la opinión pública unas operaciones militares. Si Estados Unidos dijera a sus ciudadanos y a sus soldados: «Vamos a enviar tropas al océano Índico para luchar eventualmente contra China», la gente, por supuesto, tendría miedo. Pero si dice que se trata de luchar contra los piratas y contra al-Qaeda, esto no plantea problema alguno. En realidad el verdadero objetivo es muy diferente. Consiste en instalar fuerzas en la región del océano Índico que será el teatro de importantes conflictos en los años venideros. Es lo que analizaremos en el próximo capitulo …

domingo, 20 de diciembre de 2009

Copenhague: Un Golpe de Estado a la Carta de la ONU



La cumbre del cambio climático realizado en Copenhague, Dinamarca, desde el pasado 7 de diciembre, finalizó este viernes luego de la presentación de un documento rechazado, en principio, por las delegaciones de Cuba, Venezuela, Bolivia por haber sido creado a puertas cerradas entre un pequeño grupo de países.


'Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) impugnamos desde ya cualquier documento que saque (Barack) Obama por debajo de la puerta', había declarado este viernes el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

'No conocemos ninguna declaración. Los documentos de trabajo de dos años quedaron ahí congelados como la nieve. Sacar ahora un documento de la nada sería lamentable y vergonzoso', dijo Chávez.

Por su parte, la delegación de Cuba rechazó también el proyecto de declaración. 'Es el acta de defunción del protocolo de Kioto que mi delegación no acepta', dijo el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

Los países latinoamericanos intervinieron en el pleno de la conferencia, reunido a mitad de la noche, tras el discurso del representante del pequeño archipiélago de Tuvalu (océano Pacífico), que rechazó aprobar el texto propuesto.

En profundo desacuerdo con la "propuesta Obama", que hace alusión a un aumento máximo de la temperatura de 2º C, el delegado de Tuvalu, uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, la comparó “a un puñado de monedas para traicionar a nuestro pueblo y a nuestro futuro”. Los pequeños países insulares militan porque el calentamiento se limite a 1,5º C para no verse sumergidos por el aumento del nivel del mar.

La representante de Venezuela consideró que la forma en que fue alcanzado este compromiso político, al que la mayoría de delegaciones no tuvo acceso hasta la apertura del plenario, representa “un golpe de Estado a la Carta de Naciones Unidas”.

Nos lanza sobre la mesa dos papeles, después de que los líderes de varios países hayan dado ruedas de prensa para anunciar que había un acuerdo al que no hemos tenido acceso”, afirmó la delegada venezolana levantando un dedo ensangrentado para llamar la atención del presidente de la sesión.

No vamos a decidir la vida de millones de personas en 60 minutos, no vamos a validar este documento”, afirmó el representante de Bolivia. “Estamos actuando de una manera dictatorial”, denunció.

Criticando el que el texto no recoja objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ni compromisos precisos de ayuda financiera a los países en desarrollo, el delegado de Cuba denunció: “hace cuatro horas, el presidente (estadounidense Barack) Obama anunció un acuerdo que no existe”.

También protestaron los representantes de Costa Rica y Nicaragua, que presentó una modificación del documento que provocó una suspensión temporal de la sesión.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su satisfacción por el acuerdo conseguido tras más de doce horas de negociaciones en la capital danesa que culminaron con un encuentro entre EE.UU., Brasil, India, China y Sudáfrica en el que se forjó el pacto.

Obama reconoció que será 'muy complicado' y 'llevará un tiempo' cerrar un tratado que sea legalmente vinculante, algo que requerirá 'más confianza' entre las partes.

Según Obama, el acuerdo logrado este día, no será legalmente vinculante pero sí hará que los países fijen sus objetivos de recorte de emisiones de gases contaminantes.

 
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